ESTUDIO BÍBLICO #248
VIERNES, 21 DE OCTUBRE DE 2022
TEMA: EL MISTERIO DE LA PIEDAD
Dr. William Soto Santiago
Miércoles, 29 de octubre de 1997
(Segunda actividad)
Valparaíso, Chile
Escritura: 1 Timoteo 3:14-16
LAS SEÑALES DEL FIN DEL TIEMPO
Dr. William Soto Santiago
Domingo, 19 de enero de 2014
Cayey, Puerto Rico
Por lo tanto, en el Día Postrero, en la Venida del Señor, lo que estaremos viendo será todo lo que vimos en los diferentes mensajeros, diferentes profetas, manifestado en el Día Postrero en la Venida del Señor, el cual vendrá como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo, para darle la fe a Su Iglesia para ser transformada y llevada con Él a la Cena de las Bodas del Cordero.
El misterio del Séptimo Sello es el misterio de la Venida de Cristo en el Día Postrero, en el tiempo final; por lo tanto, el evento más importante será la Venida del Señor. Y esa es la única esperanza que tiene la Iglesia del Señor Jesucristo: la Segunda Venida de Cristo, que será para la resurrección de los muertos que vienen con Él, resucitarlos en cuerpos eternos, y para la transformación de los que estemos vivos; por lo tanto, Cristo es la única esperanza para los creyentes en Cristo.
Para el mundo no hay esperanza. Los juicios de la gran tribulación es lo que estará manifestándose en esos últimos tres años y medio de las setenta semanas del profeta Daniel.
Por lo tanto, es importante que entendamos en qué tiempo estamos viviendo.
Cuando una persona va para una ciudad que no conoce, tiene que estar atento a las señales del tránsito, a las señales que indican hacia dónde es la ciudad; y si sigue esas señales, llegará a la ciudad; si no sigue esas señales, no llegará a esa ciudad que quiere llegar y que él no conoce.
Y si seguimos las señales que Cristo dijo que estarían siendo manifestadas, llegaremos a la meta de ver y recibir a Cristo en Su Segunda Venida, y recibir nuestra transformación e ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, e ir a la Ciudad Divina, a la Ciudad de Dios en el Cielo. Tenemos que reconocer las señales que nos dirigen a la Ciudad de Dios.
Ya hemos estado viendo las señales del fin del tiempo, las cuales están manifestadas. Y la más importante de todas será la aparición de un profeta en la Tierra, la aparición de los Dos Olivos, los ministerios de Moisés y Elías para los judíos, y la Venida del Señor para los creyentes en Cristo.
Por lo tanto, estemos atentos a las señales del fin del tiempo, para que cuando se abra el Séptimo Sello para la Iglesia, y se abra el Sexto Sello para los judíos…; lo cual, el Sexto Sello es lo mismo que el Séptimo Sello para la Iglesia. El Sexto Sello para los judíos es o son los Dos Olivos, los ministerios de Moisés y Elías repitiéndose en el tiempo final.
(…) Vean ustedes, luego de la apertura del Séptimo Sello encontramos un terremoto, y también con la apertura del Sexto Sello encontramos un terremoto. ¿Será el mismo terremoto o serán dos terremotos? Eso se verá conforme a Apocalipsis, capítulo 11, versos 1 al 19.
Por lo tanto, para la resurrección de los muertos en Cristo habrá un terremoto, y eso es en la Venida del Señor.
Antes tenemos que ver las señales que nos indican que estamos en el tiempo del fin. En San Lucas, capítulo 21, Cristo dijo que cuando veamos estas cosas suceder, levantemos nuestras cabezas porque nuestra redención está cerca; o sea, nuestra transformación, que es la redención del cuerpo, en donde obtendremos el cuerpo eterno, cuerpo glorificado, eso será la redención del cuerpo.
Ya hemos estado viendo por algún tiempo las señales que indican el tiempo del fin; por lo tanto, estemos preparados para lo que viene de parte de Dios, la bendición que viene para la Iglesia del Señor Jesucristo antes que comience la gran tribulación.
No vamos a pasar por la gran tribulación, vamos a ser transformados antes, para recibir al Señor en el aire y estar siempre con Él, ir con Él a la Cena de las Bodas del Cordero.
Por lo tanto, consolaos en estas palabras unos a otros. Sabemos que pasamos por etapas difíciles aquí en la Tierra, pero son palabras de consuelo saber que en la Venida del Señor los muertos creyentes en Él van a ser resucitados en cuerpos eternos, y los que vivimos vamos a ser transformados, y vamos a ser llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Por lo tanto, tenemos que —bajo la enseñanza de la Palabra de Dios prometida para este tiempo— madurar como trigo, para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
TEMOR REVERENCIAL
Dr. William Soto Santiago
Domingo, 26 de enero de 2014
Lima, Perú
Por lo tanto, siendo esa la forma de Dios hablarle a Su pueblo, mantengámonos firmes escuchando la Voz de Cristo, la Voz de Dios, en y desde Su Monte Santo, Su Templo espiritual, Su Iglesia.
No va a hablar en y desde otro lugar. Por eso el mensajero para cada tiempo siempre ha sido parte del Cuerpo Místico de Cristo bajo el Nuevo Pacto. Y así como Moisés estuvo con Su pueblo y subió al monte Sinaí, al monte de Dios, así subirá cada mensajero en la edad que le toca vivir: sube al Monte de Dios, a la Iglesia del Señor Jesucristo, que es el Monte Santo, porque ha sido santificado por el Espíritu Santo.
Toda manifestación de Dios, desde el Día de Pentecostés hacia acá, ha sido en el Monte Santo, la Iglesia del Señor Jesucristo, la cual está cubierta con la Sangre del Señor Jesucristo. Y la manifestación final de Dios antes del rapto y antes de comenzar la gran tribulación será en el Monte de Dios, el Templo de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo porque la Iglesia del Señor Jesucristo es el Templo espiritual, que representa el Templo celestial de Dios.
Por lo tanto, con temor reverencial escuchemos la Voz de Dios en nuestro tiempo. Sepamos que es ahí donde Él hablará como León de la tribu de Judá y Siete Truenos emitirán Sus voces; y esa Voz será el contenido de ese Librito abierto.
Cuando alguien viene con un libro, o algo escrito, es para darlo a conocer al público; y Cristo viene con el Librito abierto en Su mano, el Libro de la Vida del Cordero, y le dice al apóstol San Juan (que también era profeta, y es profeta, porque está vivo en el Paraíso): “Toma el Librito, pídele el Librito al Ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra”. Y se lo pide y le dice: “Y cómelo”.
Un libro que se puede comer: la Palabra del Señor; porque “no solamente de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”.
Así como vamos a la escuela y a la universidad y nos dan la enseñanza del contenido escrito en los diferentes libros, y en términos espirituales nos comemos toda esa enseñanza, nos comemos todo el contenido que está en esos libros, y luego vienen los exámenes en el tiempo correspondiente.
De acuerdo a eso que usted se comió, que aprendió en términos espirituales, es que después usted va a actuar, o como ingeniero o ingeniera, como abogado o abogada, como médico, como doctora o como lo que sea; y, por consiguiente, de eso luego usted les hablará a sus clientes, a sus pacientes.
Así es también este Librito que Cristo, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo, toma en el Cielo; el cual estaba cerrado. Lo abrió en el Cielo, y luego lo trae abierto a la Tierra y se lo entrega a un hombre, que está representado en Juan el apóstol.
Y así como Juan se lo comió, se lo comerá el hombre, mensajero final que Dios tenga en Su Iglesia en el Día Postrero; y tendrá la orden de profetizar sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.
Y en Apocalipsis, capítulo 11, versos 1 al 14, encontramos ahí el ministerio que profetiza sobre muchos pueblos, naciones y lenguas, que es el ministerio de los Dos Olivos, el ministerio de Moisés y Elías repitiéndose en el Día Postrero. Todo será sencillo.
Por lo tanto, el ministerio de Moisés y Elías para los judíos les traerá la revelación divina que les corresponde recibir ellos en el Día Postrero. Y la Iglesia del Señor Jesucristo recibirá la revelación de la Venida del Señor, la que le dará la fe para ser transformados los creyentes en Cristo, y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Impreso en Puerto Rico