ESTUDIO BÍBLICO #238
VIERNES, 16 DE SEPTIEMBRE DE 2022
TEMA: EL MISTERIO DE LOS SIETE TRUENOS DE APOCALIPSIS, CAPÍTULO 10
Dr. William Soto Santiago
Viernes, 17 de octubre de 1997
(Segunda actividad)
Tacna, Perú
Escritura: Apocalipsis 10:1-3
LA VOZ QUE CONMOVERÁ LOS CIELOS Y LA TIERRA EN EL DÍA POSTRERO
Dr. William Soto Santiago
Miércoles, 4 de mayo de 2005
(Tercera actividad)
Talcahuano, Chile
Y ahora veamos otras Escrituras que nos hablan acerca de estas cosas.
En Apocalipsis, capítulo 10…
Recuerden que Juan el apóstol, en la revelación apocalíptica representa a la Iglesia del Señor Jesucristo y a los mensajeros que Cristo enviaría a Su Iglesia; ahí están representados los apóstoles, están representados San Pedro, San Pablo y los demás mensajeros que Cristo enviaría a Su Iglesia.
Por lo tanto, cuando Juan escucha la Voz de Dios, ¿a través de quién la escucha? A través del Ángel del Señor Jesucristo. Es a través del Ángel que viene la revelación de Jesucristo. Por eso Juan quiso adorar al Ángel; y el Ángel le dijo que no lo hiciera; Juan dice que quiso adorar al Ángel que le había mostrado todas estas cosas.
Y ahora, vamos a ver algo más aquí.
En Apocalipsis, capítulo 10, encontramos que Cristo, luego que toma el Libro de los Siete Sellos, que está en la diestra de Dios, en Apocalipsis, capítulo 5; luego en Apocalipsis, capítulo 6, abre seis Sellos; y en Apocalipsis, capítulo 8, abre el Séptimo Sello. Y luego en Apocalipsis, capítulo 10, viene con el Librito abierto en Su mano.
Este Ángel Fuerte que desciende en Apocalipsis, capítulo 10, es Cristo; y viene con el Librito abierto en Su mano, viene con el Libro de los Siete Sellos abierto.
El Libro de los Siete Sellos es el Libro de la Vida del Cordero, es el Título de Propiedad de los Cielos y de la Tierra, es el Título de Propiedad de la vida eterna.
Y ahora, este Título de Propiedad lo tuvo Adán; y ahora, por cuanto Adán pecó: regresó a la diestra de Dios. Y Cristo, el segundo Adán, lo toma en Apocalipsis, capítulo 5. Esto todavía no ha ocurrido. Cristo no puede levantarse del Trono del Padre (donde está haciendo interseción como Sumo Sacerdote con Su propia Sangre, por cada persona que lo recibe como Su Salvador) hasta que entre hasta la ultima oveja, el ultimo escogido, a la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y entonces, cuando se complete la Iglesia: ya Cristo ha terminado Su Obra de Interseción como Sumo Sacerdote, se levantará del Trono del Padre, tomará el Título de Propiedad, el Libro de los Siete Sellos, lo abrirá en el Cielo y hará Su Obra de Reclamo.
(…) Es la primera ocasión —aquí profetizado— que el Título de Propiedad, el Libro de los Siete Sellos, será entregado a un hombre que se lo comerá.
Adán lo tuvo, y no se lo comió. Jesucristo lo recibe, y no se lo come; pero se lo entrega a un hombre.
¡El Libro más importante de los Cielos!, del cual no había ninguna persona digna de tomar ese Libro y abrirlo, ni siquiera de mirarlo, y ahora Cristo lo toma —que era el único digno de tomarlo— y se lo entrega a un hombre.
¿Qué está haciendo Cristo? Está entregándole el Título de Propiedad de los Cielos y de la Tierra, el Título de la vida eterna.
Por lo tanto, ese Título… Sin ese Título no habrá resurrección ni tampoco habrá transformación para los escogidos. Se necesita que Cristo tome el Título de Propiedad en el Cielo, y lo traiga a la Tierra y se lo entregue a un hombre; y ese hombre recibe la orden de profetizar sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.
Y luego, en el Apocalipsis 11, ahí está ya el ministerio profético. Dice en el capítulo 11, verso 3 en adelante:
“Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio (esos son los ministerios que tendrán el Título de Propiedad, el Libro de los Siete Sellos).
Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra.
Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos”.
En películas muestran, cuando muestran películas así de los Dos Olivos o de los Dos Testigos, muestran votando fuego por la boca; pero lo que eso representa es: hablando la Palabra. Esa Espada que sale de la boca del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, y del Hijo del Hombre de Apocalipsis, capítulo 1, es la Palabra.
Y ahora, tendrán la Palabra creadora para hablarla; y lo que hablan, ocurrirá; porque tendrán la Voz que conmoverá los Cielos y la Tierra.
Ahora, hemos visto dónde está la Voz que conmoverá los Cielos y la Tierra. Está en el misterio profético de los Dos Olivos, en el ministerio profético del que se comerá el Título de Propiedad, el Libro de los Siete Sellos; está en aquel que tendrá el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta del Día Postrero.
Esa Gran Voz de Trompeta es el Mensaje profético de Dios por medio de Cristo, por medio del Espíritu Santo a través del mensajero final, del Ángel del Señor Jesucristo.
En ese Ángel del Señor Jesucristo, el Espíritu Santo (que es el único que tiene ministerios) estará operando esos ministerios, y estará hablando; y lo que estará hablando será la Voz de Dios. Eso será la Voz de Dios. Y esa es la Voz que conmoverá los Cielos y la Tierra.
Hemos visto que todo es sencillo. Todo es sencillo, pero todo está escondido aquí: en la Biblia, en el libro del Apocalipsis y en otros libros de la Biblia.
(…) Todavía Cristo está en el Cielo, en Su Trono de Interseción; todavía la Segunda Venida de Cristo no se ha realizado; todavía la Venida del Ángel Fuerte no se ha realizado; porque Cristo todavía está en el Trono del Padre haciendo Interseción con Su Sangre.
Él está como Sumo Sacerdote hasta que haya entrado a Su Iglesia hasta el último escogido.
Luego es que Él se levantará del Trono del Padre, tomará el Título de Propiedad, lo abrirá en el Cielo, y hará Su Obra de Reclamo. Y le dará el Título de Propiedad a un hombre, que será Su Ángel, para que se lo coma y profetice sobre muchos pueblos, naciones y lenguas. O sea, predique, profetice, los juicios divinos que han de venir sobre la raza humana, predique las plagas.
Es como Moisés: Dios le ordenó a Moisés predicar las plagas. Le decía: “Di que va a venir tal cosa”. Si Moisés no lo decía, no venía. Pero Moisés iba y lo decía, y ocurrían las cosas. ¿Por qué? Porque es la Palabra creadora de Dios en los labios de un hombre; y cuando ese hombre hablaba esa Palabra: se materializaba, porque es la Palabra Creadora de Dios.
Como cuando Dios dijo: “Sea la luz”, y fue la luz. ¿Ve? Es lo mismo. Ahora Dios hablando a través de hombres, de profetas. Así ha sido siempre.
Vean, las cosas que Jesús profetizó se han ido cumpliendo cada una en su debido tiempo. ¿Por qué? Porque eso era la Palabra creadora de Dios. Así también profetizará este que se comerá el Título de Propiedad; porque la orden es1:
“Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes”.
Y luego, en Apocalipsis, capítulo 11, los Dos Olivos están profetizando.
¿Qué es? Es el ministerio de los Dos Olivos, en el que se come el Libro, el cual está representado en Juan el apóstol: Comiéndose ese Libro, ahí está representando al Ángel del Señor Jesucristo, que en el Día Postrero recibirá el Título de Propiedad, el Libro, y se lo comerá; y profetizará los juicios divinos que han de venir sobre la Tierra, los profetizará sobre muchos pueblos, naciones y lenguas.
Por lo tanto, estamos cerca de que llegue ese – de que ese momento, de profetizar sobre muchos pueblos y lenguas, ocurra. Pero todavía la misericordia está extendida en el Cielo. Todavía hay misericordia en el Cielo, todavía estamos en la Dispensación de la Gracia, todavía la Puerta de la Misericordia está abierta.
Pero en San Lucas, capítulo 13, versos 25 al 27, dice que la Puerta va a ser cerrada. Cuando sea cerrada: ya no va a entrar ninguna persona a la Casa de Dios, a la Iglesia del Señor Jesucristo; ya se habrá completado la Iglesia del Señor Jesucristo, y ya estaremos listos para ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Impreso en Puerto Rico
1 Apocalipsis 10:11