[:es]
ESTUDIO BÍBLICO #60 – VIERNES, 1 DE ENERO DE 2021
TEMA: DESPOJÁNDONOS DEL PESO DEL PECADO
Dr. William Soto Santiago
Viernes, 9 de julio de 1999
Chiclayo, Lambayeque, Perú
Escritura base: Hebreos 12:1-2
LIBRO DE LOS SELLOS
Dios en simplicidad – Pág. 49
Rev. William M. Branham
193. Ahora, el hombre antes de haber pecado (ya en conclusión, por favor no dejen pasar esto). Cuando el hombre pecó se separó de Dios y allí cruzó el gran abismo colocándose con la muerte de este lado; se vino y no había manera de regresar. Exactamente. No había manera de regresar. Pero cuando esto sucedió, Dios entonces aceptó un sustituto, un cordero, de las cabras u ovejas o algo parecido – de sangre, de lo cual habló Abel del otro lado del abismo. De aquel lado él es un hijo de Dios, un descendiente de Dios, un coheredero de la Tierra; podía en esta capacidad hasta controlar la naturaleza, podía hablar algo y esto venir a existencia, pues era un creador porque era prole de Dios. Pero cuando cruzó el abismo entonces echó a perder su estado de hijo, es ahora un pecador por naturaleza, está bajo las manos y el dominio de Satanás. Luego Dios tomó un sacrificio, la química de la sangre; pero la sangre de machos cabríos y de becerros no borró el pecado, únicamente lo cubrió. Si yo tengo una mancha roja en la mano y la cubro con un paño blanco, la mancha todavía está, sí. Pero Dios envió del Cielo un Cloro para el pecado por medio de la Sangre de Su propio Hijo. Y cuando nuestros pecados confesados son echados al cloro de Dios, trate usted entonces de hallarlos. El color del pecado regresa a través de los mediadores y a través del tiempo, hasta llegar al mismo acusador, Satanás, y allí permanece hasta el día del juicio.
194. Y ¿qué sucede con el hijo? Él llega de nuevo a un compañerismo con el Padre, parado con Él del otro lado del abismo sin ningún recuerdo del pecado en su contra, la mancha de ninguna manera se hallará en el cloro. Él entonces está libre. ¡Aleluya! Es igual como la tinta, jamás puede volver a ser tinta, porque ha sido quebrantada y regresada a su origen; cuando el pecado confesado ha sido confesado y metido… Cuando un hombre o mujer ha sido metido y sacado de la Sangre de Jesucristo, eso arresta todos los síntomas del pecado; y las moléculas regresan al diablo y allí permanecen sobre él hasta el día del juicio cuando será echado al lago de fuego como su destino eterno; entonces el abismo es cerrado y jamás será recordado; el hombre entonces se encuentra justificado como hijo de Dios: la simplicidad.
TODOS SEREMOS PROBADOS PARA SER ADOPTADOS – VOL. I
Pág. 38-39
La batalla
Dr. William Soto Santiago
Domingo, 5 de febrero de 1978
Cayey, Puerto Rico
En una ocasión un indio que se había convertido a través del ministerio del hermano Branham, vino y estuvo hablando con el hermano Branham, y él decía que dentro de él encontraba y sentía una lucha, una batalla; y él le explicaba, usted sabe, en forma simbólica: él decía que dentro de él había una batalla de dos perros, y él decía que uno era blanco y otro era negro; y él decía que esos dos perros ahí dentro de él estaban batallando, estaban luchando; y entonces el hermano Branham le preguntaba: “Y la batalla ¿cómo va? ¿Cuál de los dos está ganando la batalla?”. Entonces, me parece que era el indio que le decía: “Bueno, todo depende de parte de cuál de ellos dos yo me ponga”.
Si se pone del lado del perro blanco, entonces la batalla estaría a favor del perro blanco; pero si se pone del lado del perro negro, la batalla entonces estaría a favor del perro negro. El perro negro, usted sabe que el indio quería significar con eso que el perro negro era el diablo, y el perro blanco era el Señor, era Dios. Y entonces este indio o este jefe indio sentía esa lucha y esa batalla, así como nosotros la sentimos.
Pero estemos del lado del perro blanco, estemos del lado de nuestro Dios, estemos del lado de Su Palabra; y siempre con un “¡Amén!” a lo que Dios dice en Su Palabra, y con un: NO, rotundo, en contra de toda cosa que el diablo quiera hacernos creer, o hacer que nosotros aceptemos, o hacer que nosotros hagamos.
Y aunque usted se sienta como que la batalla es tan dura que usted piense que la batalla va a ser perdida en su vida, siga hacia adelante siempre, y póngase siempre del lado de la Palabra de Dios. Y aun, aunque cometa errores o faltas, nunca en su corazón acepte esas cosas como parte suya. Aunque caiga en alguna ocasión en faltas o errores, usted reconozca que es por causa que estamos todavía en estos cuerpos terrenales; y por estar en estos cuerpos terrenales, por eso el diablo por ahí puede meterse, para hacer que nosotros caigamos en faltas y errores; y esa es la parte débil de cada hijo de Dios que le queda aquí en la Tierra.
Por lo tanto, no importa las veces que usted cometa la misma falta: arrepiéntase de ella.
CUANDO LA FE ES UNGIDA
Dr. William Soto Santiago
Domingo, 10 de abril de 1977
Servicio de Carpa,
Cayey, Puerto Rico
¿Ve usted que primero los Truenos tienen que pronunciar sus voces? Y entonces habrá un grupo que podrá tomar esa Palabra de los Truenos, ese Mensaje de los Truenos, y colocarlo bien, tenerlo bien colocado; y entonces podrá cortar, podrá partir, podrá hacer todo lo que Dios ha prometido que va a hacer a través de ese grupito. O sea que será Dios a través de carne humana que podrá hacer todo lo que Él prometió que habría de hacer.
Menospreciar, rechazar o blasfemar en contra de ese grupito, es algo triste. Es lo mismo que Dios dijo con relación a Israel: “Los que te bendijeren, serán benditos; y los que te maldijeren, serán malditos”. ¿Ve usted?
Y ahí entonces se cumplirá: “Cualquiera que diere un vaso de agua fría a uno de estos mis pequeñitos, no perderá su recompensa”. Y en el Juicio Final entonces aparecen también aquellos que son colocados a la derecha, y ellos preguntan: “Bueno, ¿y por qué estamos aquí? ¿Por qué Tú dices que cuando tuviste hambre te dimos de comer, cuando tuviste sed te dimos de beber?”. Él les dice: “Por cuanto lo hiciste a uno de estos mis pequeñitos, a mí lo hiciste”.
¿Ve usted que cuando se falla contra Dios, o cuando se habla contra Dios, o cuando se blasfema contra Dios, o cuando uno se rebela en contra de Dios, es cuando uno se rebela en contra de aquellos que su fe ha sido ungida, y que son los instrumentos de Dios para ese tiempo? Porque Dios está en esos velos de carne. Hablar una palabra en contra de ellos, es hablar en contra de Dios; hablar a favor, es hablar a favor de Dios. Darle de comer a uno de esos pequeñitos, es darle de comer al Señor; no darle de comer cuando ellos necesitan, es no darle de comer al Señor. Y todo tiene su recompensa.
La recompensa de los que den a Dios a través de carne humana, y actúan correctamente, la recompensa es muy grande, es una bendición muy grande; pero la recompensa para los que no actúan correctamente, sino que se rebelan en contra de ellos, su recompensa es muy triste; es algo con lo cual ellos no están conformes cuando la van a recibir, pero el Señor les dice: “Bueno, cuando hiciste a uno de estos pequeñitos, cuando hiciste algo en contra de ellos, contra Mí lo hiciste. Cuando no hiciste algo a favor de ellos, pues no lo hiciste a favor mío”.
Ahora, mire usted la hora en que estamos, mire usted las personas que van a recibir bendición a causa de su buen comportamiento con relación al grupo escogido del Señor. Mire también la tristeza que habrá para algunas personas por su comportamiento malo con relación al grupo escogido del Señor.
Ahora, vemos que cuando Dios estaba en medio del pueblo de Israel a través de Moisés, y usando a Moisés para beneficio del pueblo, bueno, no había atracción en ellos, porque como todas las demás gentes, como todas las demás naciones, pues encontramos que tenían sus partes malas. ¿Ve? Y el diablo, pues, era el que estaría entonces tratando de desalentar al pueblo por las partes malas, las cosas malas que tenía el pueblo; pero Dios dice que los miró desde la Peña, y no vio en ellos falta. ¿Ve?
Por lo tanto, si Dios los miró desde la Peña, desde la Cima de la Montaña, pues Dios no encuentra falta en ellos; entonces por eso es que Dios tiene una forma para arreglar las partes malas que nosotros tenemos. La tenía allá en aquel tiempo y la tiene hoy.
Pero Dios cuando mira a Su pueblo, Él lo mira desde la Cima del Monte. Cualquiera que se ponga, de afuera, cualquiera que se ponga a criticar las faltas que tengan los hijos de Dios, cualquiera que haga eso, se busca tremendo problema; porque el que los bendiga, será bendito; el que los maldiga, será maldito. Así que más bien nuestras faltas, nuestros errores, los arreglamos nosotros entre nosotros mismos, conforme al plan y al orden que Dios nos ha dado para arreglar todo eso. ¿Ve?
Y cada uno de nosotros: como fiel hermano el uno con el otro. Nuestras faltas, aunque las conozcamos el uno del otro, las dejamos quietecitas y no las sacamos para afuera, al mundo, para que nadie de afuera tenga derecho a señalar las faltas que tengan los hermanos. Cualquiera que la saque fuera se ha buscado tremendo problema con Dios también. Sacarlas fuera de nosotros, si la sabemos nosotros, pues eso no… Más bien, pues eso es asunto acá entre hermanos; pues nosotros mismos sabemos que tenemos nuestras faltas y que no podemos tapar (como dice la gente) no podemos tapar al cielo con las manos. Yo las tengo, usted las tiene, todos las tenemos; pero nos encomendamos al Señor el uno al otro.
Sabemos que aun con nuestras faltas, con todo y eso, sabemos que somos el pueblo del Señor. Y Él, que nos escogió ¿no sabía que habríamos de tener nuestras faltas? Pues claro que lo sabía. Pero con todo y eso Él dijo: “Estos son mis hijos”. Y como estamos en la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad del Amor, el Amor cubre multitud de pecados.
Por lo tanto, entonces, aunque nos conozcamos el uno al otro, aunque sepamos nuestras propias faltas el uno del otro, no es motivo para criticarnos el uno al otro. Porque cuando usted señala la paja que tiene su hermano, es porque usted debe tener alguna viga. Entonces aquí, pues, ninguno podemos tirarnos piedras el uno al otro, porque el que más y el que menos, tiene su falta.
Pero cada uno esperamos que el Señor, a medida que vamos arreglándolo todo, tenga misericordia de nosotros; y eso no esté registrado delante de Dios, sino que haya sido echado al mar del olvido; por lo tanto, entonces lo que hacemos aquí es ayudarnos el uno al otro. Así que nadie aquí se hace más santo que el otro.
Aquí lo único que podemos hacer y proclamar es, lo único que podemos decir es: “Dios ha sido misericordioso con nosotros”. Porque el que más o el que menos, se merecía el infierno; pero por la escogencia de Dios, pues las cuerdas nos han caído en lugares deleitosos y grande es la heredad que nos ha tocado, porque Él tiene misericordia de quien tiene misericordia, y ha tenido misericordia de nosotros. Y si eso no es algo grande, entonces yo no sé lo que es algo grande para nosotros.
Impreso en Puerto Rico
[:en]
BIBLE STUDY #60 – FRIDAY, JANUARY 1, 2021
TITLE: SHEDDING THE BURDEN OF SIN
Dr. William Soto Santiago
Friday, July 9, 1999
Chiclayo, Lambayeque, Peru
Source Scripture: Hebrews 12:1-2
BOOK OF THE SEALS
God hiding Himself in simplicity… – Pages 60-61
Rev. William M. Branham
405 Now, when man, before he sinned. I’m closing, but don’t you miss it. When man sinned, he separated himself from God, and crossed the great chasm, and put hisself in death on this side. He left. There is no way back. Exactly. There is no way for him to get back. But then when he did, God accepted a substitute, which was a lamb, or a goat, or a sheep, or something, for blood; which Adam spoke of, or—or Abel spoke of, on the other side of the chasm.
406 On that side, he’s a son of God. He’s an offspring from God. He is an inheritance of the earth. He can control nature. He can speak into existence. Why, he’s a creator, himself. He’s an offspring of God.
407 But, when he crossed, he separated his sonship. He’s a sinner, by nature. He’s under the hands and dominion of Satan.
408 And God took a sacrifice, a chemical, of the blood, but the blood of bulls and goats did not divorce sin. It only covered sin. If I’ve got a red spot on my hand, and cover it with white, the red spot is still there. See, it’s still there.
409 But God sent down, from Heaven, a bleach for sin. It was the Blood of His Own Son. That, when our confessed sin drops into God’s bleach, try to find it again! The coloring of sin goes back through the mediators, and down through the time, until it hits the accuser, Satan, and lays on him till the Day of the Judgment.
410 What happens to the son? He becomes in perfect fellowship with the Father again, standing on the other side of the chasm, with no remembrance of sin against him. No more, there is no more stain of bleach can be seen anywhere. He is free. Hallelujah! Just as that Clorox, or that ink can never be ink no more, because it’s broke up and sent back again. And when confessed sin is confessed and been dipped into the… A man or a woman that’s been dipped into the Blood of Jesus Christ, it kills all symptoms. And every molecule of sin goes back to the devil, and laid on him till that Day of Judgment, where his Eternal destination will be throwed into a Lake of Fire. And the chasm is bridged, and never to come in remembrance no more. And a man stands justified, as a son of God. Simplicity!
WE WILL ALL BE TESTED TO BE ADOPTED – VOL. I
Pages 38-39
The Battle
Dr. William Soto Santiago
Sunday, February 5, 1978
Cayey, Puerto Rico
On one occasion an Indian who had been converted through the ministry of brother Branham, came and was talking to brother Branham, and he said that inside him he found and felt a struggle, a battle; and he explained to him, you know, in a symbolic way: He said that inside him there was a battle of two dogs, and he said that one was white and the other was black; and he said that those two dogs there inside him were fighting, were wrestling; and then brother Branham asked him: “And how is the battle going? Which one is winning the battle?” Then, it seems to me that it was the Indian who was telling him: “Well, it all depends on which one of those two sides I am on.”
If he sides with the white dog, then the battle would be in favor of the white dog; but if he sides with the black dog, then the battle would be in favor of the black dog. The black dog, you know the Indian wanted that to mean that the black dog was the devil, and the white dog was the Lord, was God. And then this Indian or this Indian chief felt that struggle and that battle, just as we feel it.
But let’s be on the white dog’s side, let’s be on our God’s side, let’s be on His Word’s side; and always with an “Amen!” to what God says in His Word, and with a: NO, absolutely, against everything that the devil wants to make us believe, or make us accept, or make us do.
And even if you feel like the battle is so hard that you think the battle is going to be lost in your life, always continue forward, and always take the side of God’s Word. And even if you make mistakes or faults, never in your heart accept those things as your own. Even if you do fall into faults or mistakes, you must recognize that it is because we are still in these earthly bodies; and since we are in these earthly bodies, that is why the devil can get in there, to make us fall into faults and mistakes; and that is the weak spot of every child of God that is left here on Earth.
Therefore, no matter how many times you commit the same fault: Repent of it.
WHEN FAITH IS ANOINTED
Dr. William Soto Santiago
Sunday, April 10, 1977
Tent service,
Cayey, Puerto Rico
See that the Thunders have to pronounce their voices first? And then there will be a group that will be able to take that Word of the Thunders, that Message of the Thunders, and place it right, have it placed correctly; and then you can cut, you can go, you can do all that God has promised He is going to do through that little group. So it will be God through human flesh that will be able to do all that He promised He would do.
To belittle, reject or blaspheme against that little group is a sad thing. It’s the same thing God said in relation to Israel: “Those who bless you will be blessed, and those who curse you will be cursed.” See?
And then, it will be fulfilled: “Whoever gives a glass of cold water to one of these my little ones, will not lose his reward.” And then in the Final Judgment those who are placed on the right side also appear, and they ask: “Well, and why are we here? Why do You say that when You were hungry we gave You food, when You were thirsty we gave You to drink?” He tells them: “Because You did it to one of these my little ones, You did it to me.”
Do you see that when one fails against God, or when one speaks against God, or when one blasphemes against God, or when one rebels against God, it is when one rebels against those whose faith has been anointed, and who are the instruments of God for that time? Because God is in those veils of flesh. To speak a word against them is to speak against God; to speak in favor is to speak in favor of God. To feed one of those little ones, is to feed the Lord; to not feed them when they need, is to not feed the Lord. And everything has its reward.
The reward of those who give to God through human flesh, and act correctly, the reward is very great, it is a very great blessing; but the reward for those who do not act correctly, but rebel against them, their reward is very sad; it is something with which they are not satisfied when they are going to receive it, but the Lord says to them: “Well, when you made one of these little ones, when you did something against them, you did it against Me. When you didn’t do something for them, you didn’t do it for me.”
Now, look at the time we are in, look at the people who are going to be blessed because of their good behavior in relation to the Lord’s chosen group. Also look at the sadness that there will be for some people because of their bad behavior in relation to the Lord’s chosen group.
Now, we see that when God was in the midst of the people of Israel through Moses, and using Moses for the benefit of the people, well, there was no attraction in them, because like all other people, like all other nations, we find that they had their bad parts. See? And the devil, well, was the one that would be trying to discourage the people because of the bad parts, the bad things that the people had; but God says that He looked at them from the Rock, and He didn’t see fault in them. See?
Therefore, if God looked at them from the Rock, from the Top of the Mountain, then God finds no fault with them; then that is why God has a way to fix the bad parts that we have. He had it then and He has it today.
But when God looks at His people, He looks at them from the Top of the Mountain. Whoever stands, from outside, whoever stands to criticize the faults of God’s children, whoever does that, is looking for tremendous trouble; for he who blesses them, will be blessed; he who curses them, will be cursed. So rather, our faults, our mistakes, we fix them ourselves, according to the plan and order that God has given us to fix all of that. See?
And each of us: As a faithful brother to each other. Our faults, though we know them of one another, we leave them alone and don’t bring them out, into the world, so that no one from the outside has the right to point out the faults of the brethren. Anyone who brings it out has brought tremendous trouble with God as well. To take them out of us, if we know it, well that is not… Rather, that is a matter here among brethren; for we ourselves know that we have our faults and that we can’t cover them up (as people say) we can’t cover up the sky with our hands. I have them, you have them, we all have them; but we commend one another to the Lord.
We know that even with our faults, even with all that, we know that we are the Lord’s people. And He, who chose us, didn’t He know that we would have our faults? Of course He did. But yet He said: “These are my children.” And since we are in the Age of the Cornerstone, which is the Age of Love, Love covers a multitude of sins.
Therefore, then, although we know each other, even if we know our own faults about each other, that is no reason to criticize each other. For when you point out the straw that your brother has, it is because you must have some beam. So here, then, none of us can throw stones at each other, for he who has more and he who has less has his fault.
But we each hope that the Lord, as we go about arranging everything, will have mercy on us; and that this will not be registered before God, but will have been thrown into the sea of oblivion; therefore, what we do here is to help each other. So no one here becomes holier than the other.
The only thing we can do and proclaim here is, the only thing we can say is: “God has been merciful with us.” For he who is more or less, deserved hell; but by the choice of God, for the lines have fallen to us in pleasant places, and great is the inheritance that has fallen to us, because He has mercy on whom He has mercy, and He has had mercy on us. And if that is not something great, then I don’t know what is something great for us.
Printed in Puerto Rico
[:pt]
ESTUDO BÍBLICO #60 – SEXTA-FEIRA, 1 DE JANEIRO DE 2021
TEMA: DESEMBARAÇANDO-NOS DO PESO DO PECADO
Dr. William Soto Santiago
Sexta-feira, 9 de julho de 1999
Chiclayo, Lambayeque, Peru
Escritura base: Hebreus 12:1-2
LIVRO DOS SELOS
Deus em simplicidade – Pág. 49
Rev. William M. Branham
193. Agora, o homem antes de ter pecado (já em conclusão, por favor não deixem passar isto). Quando o homem pecou se separou de Deus e ali cruzou o grande abismo colocando-se com a morte deste lado; veio e não havia maneira de retornar. Exatamente. Não havia maneira de retornar. Mas quando isto aconteceu, Deus então aceitou um substituto, um cordeiro, das cabras ou ovelhas ou algo parecido – de sangue, do qual falou Abel do outro lado do abismo. Daquele lado ele é um filho de Deus, um descendente de Deus, um coerdeiro da Terra; podia nesta capacidade até controlar a natureza, podia falar algo e isto vir a existência, pois era um criador porque era prole de Deus. Mas quando cruzou o abismo então pois a perder seu estado de filho, é agora um pecador por natureza, está sob as mãos e o domínio de Satanás. Depois Deus tomou um sacrifício, a química do sangue; mas o sangue de bodes e de bezerros não apagou o pecado, unicamente o cobriu. Se eu tenho uma mancha vermelha na mão e a cubro com um pano branco, a mancha ainda está, sim. Mas Deus enviou do Céu um Cloro para o pecado por meio do Sangue de Seu próprio Filho. E quando nossos pecados confessados são lançados no cloro de Deus, você tente então achá-los. A cor do pecado regressa através dos mediadores e através do tempo, até chegar ao mesmo acusador, Satanás, e ali permanece até o dia do juízo.
194. E o que acontece com o filho? Ele chega de novo a um companheirismo com o Pai, parado com Ele do outro lado do abismo sem nenhuma lembrança do pecado ao contrário, a mancha de maneira nenhuma se achará no cloro. Ele então está livre. Aleluia! É igual como a tinta, jamais pode voltar a ser tinta, porque foi quebrantada e regressada à sua origem; quando o pecado confessado foi confessado e colocado… Quando um homem ou mulher foi colocado e tirado do Sangue de Jesus Cristo, isso prende todos os sintomas do pecado; e as moléculas regressam ao diabo e ali permanecem sobre ele até o dia do juízo quando será lançado ao lago de fogo como seu destino eterno; então o abismo é fechado e jamais será lembrado; o homem então se encontra justificado como filho de Deus: a simplicidade.
TODOS SEREMOS PROVADOS PARA SERMOS ADOTADOS
VOL. I – Pág. 38-39
A batalha
Dr. William Soto Santiago
Domingo, 5 de fevereiro de 1978
Cayey, Porto Rico
Em uma ocasião um índio que se converteu através do ministério do irmão Branham, veio e esteve falando com o irmão Branham, e ele dizia que dentro dele encontrava e sentia uma luta, uma batalha; e explicava, você sabe, em forma simbólica: ele dizia que dentro dele havia uma batalha de dois cães, e ele dizia que um era branco e outro era negro; e ele dizia que esses dois cães aí dentro dele estavam batalhando, estavam lutando; e então o irmão Branham lhe perguntava: “E a batalha como vai? Qual dos dois está ganhando a batalha?” Então, me parece que era o índio que dizia: “Bom, tudo depende do lado de qual deles dois eu me coloque”.
Se ficar do lado do cão branco, então a batalha estaria a favor do cão branco; mas se ficar do lado do cão negro, a batalha então estaria a favor do cão negro. O cão negro, você sabe que o índio queria significar com isso que o cão negro era o diabo, e o cão branco era o Senhor, era Deus. E então este índio ou este chefe índio sentia essa luta e essa batalha, assim como nós a sentimos.
Mas estejamos do lado do cão branco, estejamos do lado de nosso Deus, estejamos do lado da Sua Palavra; e sempre com um “Amém!” ao que Deus diz em Sua Palavra, e com um: NÃO, categórico, contra toda coisa que o diabo quiser nos fazer crer, ou fazer que nós aceitemos, ou fazer que nós façamos.
E mesmo que você se sinta como que a batalha é tão dura que você pense que a batalha vai ser perdida em sua vida, siga em frente sempre, e fique sempre do lado da Palavra de Deus. E até, mesmo que cometa erros ou faltas, nunca em seu coração aceite essas coisas como parte sua. Mesmo que caia em alguma ocasião em faltas ou erros, você reconheça que é porque estamos ainda nestes corpos terrenos; e por estar nestes corpos terrenos, por isso o diabo por aí pode entrar, para fazer que nós caiamos em faltas e erros; e essa é a parte fraca de cada filho de Deus que fica aqui na Terra.
Portanto, não importa as vezes que você cometa a mesma falta: arrependase dela.
QUANDO A FÉ É UNGIDA
Dr. William Soto Santiago
Domingo, 10 de abril de 1977
Serviço da Carpa,
Cayey, Porto Rico
Vê você que os Trovões primeiro têm que pronunciar suas vozes? E então haverá um grupo que poderá tomar essa Palavra dos Trovões, essa Mensagem dos Trovões, e colocá-la bem, tê-la bem colocada; e então poderá cortar, poderá partir, poderá fazer tudo o que Deus prometeu que vai fazer através desse grupinho. Ou seja que será Deus através de carne humana que poderá fazer tudo o que Ele prometeu que faria.
Menosprezar, rejeitar ou blasfemar contra esse grupinho, é algo triste. É o mesmo que Deus disse com relação a Israel: “Os que o abençoarem, serão benditos; e os que o amaldiçoarem, serão malditos”. Vê você?
E aí então se cumprirá: “Qualquer um que der um copo de água fria a um destes meus pequeninos, não perderá sua recompensa”. E no Juízo Final então aparecem também aqueles que são colocados à direita, e eles perguntam: “Bom, e por que estamos aqui? Por que Tu dizes que quando teve fome lhe demos de comer, quando teve sede lhe demos de beber?”. Ele lhes diz: “Por quanto fizestes a um destes meus pequeninos, a mim fizeste”.
Vê você que quando se falha contra Deus, ou quando se fala contra Deus, ou quando se blasfema contra Deus, ou quando alguém se rebela contra Deus, é quando alguém se rebela contra aqueles que sua fé foi ungida, e que são os instrumentos de Deus para esse tempo? Porque Deus está nesses véus de carne. Falar uma palavra contra eles, é falar contra Deus; falar a favor, é falar a favor de Deus. Dar de comer a um desses pequeninos, é dar de comer ao Senhor; não dar de comer quando eles necessitam, é não dar de comer ao Senhor. E tudo tem sua recompensa.
A recompensa dos que derem a Deus através de carne humana, e atuam corretamente, a recompensa é muito grande, é uma bênção muito grande; mas a recompensa para os que não atuam corretamente, mas que se rebelam contra eles, sua recompensa é muito triste; é algo com o qual eles não estão de acordo quando vão receber, mas o Senhor diz: “Bom, quando fez a um destes pequeninos, quando fez algo contra eles, contra Mim o fizeste. Quando não fez algo a favor deles, pois não o fez a meu favor”.
Agora, veja você a hora em que estamos, veja você as pessoas que vão receber bênção por causa do seu bom comportamento com relação ao grupo escolhido do Senhor. Veja também a tristeza que haverá para algumas pessoas por seu mau comportamento com relação ao grupo escolhido do Senhor.
Agora, vemos que quando Deus estava no meio do povo de Israel através de Moisés, e usando Moisés para benefício do povo, bom, não havia atração neles, porque como todas as demais pessoas, como todas as demais nações, pois encontramos que tinham suas partes más. Vê? E o diabo, pois, era quem estaria então tentando de desalentar o povo pelas partes más, as coisas más que o povo tinha; mas Deus diz que os olhou desde a Rocha, e não viu falta neles. Vê?
Portanto, se Deus os olhou desde a Rocha, desde o Topo da Montanha, pois Deus não encontra falta neles; então por isso é que Deus tem uma forma para acertar as partes más que nós temos. A tinha lá naquele tempo e a tem hoje.
Mas Deus quando olha Seu povo, Ele o olha desde o Topo do Monte. Qualquer um que se colocar, de fora, qualquer um que se puser a criticar as faltas que tiverem os filhos de Deus, qualquer um que faça isso, busca tremendo problema; porque quem os abençoar, será abençoado; quem os amaldiçoar, será maldito. Assim que, melhor, nossas faltas, nossos erros, nos os acertamos entre nós mesmos, conforme o plano e à ordem que Deus nos deu para acertar tudo isso. Vê?
E cada um de nós: como fiel irmão um com o outro. Nossas faltas, mesmo que as conheçamos um do outro, as deixamos quietinhas e não as tiramos para fora, ao mundo, para que ninguém de fora tenha direito a apontar as faltas que tiverem os irmãos. Qualquer um que tire para fora buscou tremendo problema com Deus também. Tirá-las fora de nós, se nós as sabemos, pois isso não… Melhor, pois isso é assunto aqui entre irmãos; pois nós mesmos sabemos que temos nossas faltas e que não podemos tampar (como dizem as pessoas) não podemos tampar o céu com as mãos. Eu as tenho, você as tem, todos as temos; mas nos encomendamos ao Senhor um ao outro.
Sabemos que até com nossas faltas, com tudo isso, sabemos que somos o povo do Senhor. E Ele, que nos escolheu não sabia que teríamos que ter nossas faltas? Pois claro que sabia. Mas com tudo isso Ele disse: “Estes são meus filhos”. E como estamos na Era da Pedra Angular, que é a Era do Amor, o Amor cobre multidão de pecados.
Portanto, então, mesmo que nos conheçamos um ao outro, mesmo que saibamos nossas próprias faltas um do outro, não é motivo para nos criticarmos um ao outro. Porque quando você assinala a palha que tem seu irmão, é porque você deve ter alguma viga. Então aqui, pois, ninguém pode atirar pedras um no outro, porque quem mais e quem menos, tem sua falta.
Mas cada um esperamos que o Senhor, à medida que vamos acertando tudo, tenha misericórdia de nós; e isso não esteja registrado diante de Deus, mas tenha sido lançado ao mar do esquecimento; portanto, então o que fazemos aqui é nos ajudar um ao outro. Assim que ninguém aqui se faz mais santo que o outro.
Aqui o único que podemos fazer e proclamar é, o único podemos dizer é: “Deus foi misericordioso conosco”. Porque quem mais ou quem menos, merecia o inferno; mas pela escolha de Deus, pois as cordas nos caíram em lugares deleitosos e grande é a herança que nos correspondeu, porque Ele tem misericórdia de quem tem misericórdia, e teve misericórdia de nós. E se isso não é algo grande, então eu não sei o que é algo grande para nós.
Impresso em Porto Rico
[:]